jueves, 29 de septiembre de 2011

"Aguila imperial"

  El águila imperial (aquila heliaca) está considerada como una de las aves con mayor peligro de desaparecer de nuestro planeta.
            El águila imperial es un ave grande y magnífica, pues alcanza un peso superior a los 3 kilos y tiene más de 2 metros de envergadura. Su aspecto robusto, su cola corta, y su plumaje son inconfundibles: su color es pardo negruzco en los adultos, con el cuello y parte posterior de la cabeza blanco sucio o amarillento. Las plumas de los hombros, las escapulares, son de blanco puro, así como el borde anterior del ala, que forma una llamativa franja blanca cuando se observa al águila en vuelo. Su plumaje se camufla perfectamente sobre el fondo del follaje, e incluso las plumas blancas y amarillentas del cuello y la cabeza desaparecen confundidas entre el claroscuro de la maleza. El fuerte pico, negro hacia la base, es, paradójicamente, una de las partes más visibles del águila cuando ésta permanece incubando sobre el nido, moviéndose pausadamente cuando el águila gira la cabeza para vigilar los alrededores. Las patas son fuertes, de uñas relativamente cortas pero muy poderosas, y tienen un color amarillo carne. Su iris es de color castaño, dotando al águila de una mirada profunda.  
                                                                                             El plumaje de los jóvenes resulta completamente distinto; en los primeros años es de color pardo rojizo uniforme, que se va aclarando con la edad hasta convertirse en ocre muy claro. A los tres años comienzan a aparecer las típicas plumas oscuras de los adultos, dándole al joven águila un aspecto desaseado y abigarrado (entremudada).
 Progresivamente, las plumas oscuras van dominando y aparecen las blancas escapulares y del borde anterior del ala. Entre los cinco y seis años de edad el águila imperial luce ya el soberbio plumaje de las aves adultas.
            El águila imperial es un típico habitante de zonas llanas o suavemente onduladas, con arbolado no muy denso y abundancia de claros y pastizales adecuados a su técnica de caza.  Sin embargo, para que las imperiales puedan vivir en una comarca son necesarias no sólo zonas bravías y difícilmente accesibles donde nidificar, sino también terrenos abiertos y con abundantes presas donde poder cazar.
             El águila imperial vive hoy formando dos poblaciones aisladas, una en España (en las marismas del Guadalquivir, Sierra Morena, los montes de Toledo y las serranías extremeñas) y otra  en Europa Oriental y Asia (Grecia, Rusia Meridional y el sur de Asia Central y Síberia, incluso Mongolia). La población española (aquila heliaca adalberti) se diferencia de la de Europa y Asia en que los adultos tienen los hombros de llamativo color blanco.

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