Por su belleza, estas aves son capturadas, legal e ilegalmente para realizar ventas en los comercios de mascotas, así como para exportación, así como la caza ilegal y la venta de sus plumas. Estas son algunas de las principales causas de que la mayoría de las especies se hallen en vías de extinción. Otra de las causas que va reduciendo los ejemplares, es la pérdida del hábitat natural. Entre las que se hallan casi totalmente extinguidas en estado salvaje, se encuentra el guacamayo de Spix del Brasil.
Varias especies de las Bahamas y las Antillas se han extinguido, y en la actualidad se pueden distinguir en América Latina 18 especies.
Se lo considera el rey de los guacamayos. Se cree que supera los treinta años de vida, pero no se sabe con certeza cuál es su longevidad.
Posee una cabeza grande, con enorme pico fuerte y muy cortante, de un color negro astracita. Los ojos oscuros y redondos están rodeados por una mancha amarilla, así como en la parte que rodea al pico en la mandíbula inferior. El resto del plumaje es de un bellísimo tono azul oscuro con reflejos metálicos de color cobalto. El macho y la hembra presentan aspecto similar, y resulta casi imposible distinguirlos exteriormente.
Viven libres en bandos reducidos en lo más espeso de las zonas arbóreas de la selva amazónica.
El menor de los guacamayos mide 30 centímetros y habita en la zona nordeste del Continente Sudamericano y es el Ara nobilis.
Los guacamayos se designan con el nombre de "ara" en América Latina, y aunque hay estudiosos que dan un origen latino al término (pues existía en latín, pero con otro significado), ara es una voz guaraní que designaba en especial a cotorras y periquitos, y se lo utilizó para todos los Psitácidos. Es así que a la vez, para indicar los mayores exponentes de la especie, se usa un término aumentativo: la voz guaraní "arara", que es muy usada en el este de Bolivia y oeste de Paraguay, para designar a los guacamayos (aunque hay autores que dan el origen del término arara como portugués).
El Guacamayo es un ave muy codiciada por sus plumaje de hermoso colorido, especialmente los rojos, los azules, los amarillos y los verdes. Ya los aborígenes valoraban estas plumas y las consideraban objetos preciados y las usaban para comerciar. También los conquistadores españoles se sintieron asombrados por la belleza de los guacamayos que abundaban en estas tierras.
Estas aves generalmente realizan sus nidos en los huecos de los árboles a gran altura, y cuando han realizado la postura, cuidan ese nido y atacan con su peligroso pico a quien pretenda acercarse, tornándose muy agresivas. Las crías nacen ciegas y sin plumaje. Son similares a los papagayos pero más grandes, y también logran como aquellos, reproducir sonidos e imitar la voz humana, aunque con menor facilidad que los anteriores.
Los alimentos que más consumen son semillas y frutos, y su pico les sirve para romper gruesas y duras cáscaras. En los animales en cautiverio, es común ver cómo se alimentan con semillas de girasol o maníes.