Manaties en su medio natural
El
manatí de las Indias occidentales o
vaca marina (Trichechus manatus)
están catalogado como ´vulnerable´ por la IUCN y se encuentran en la
lista de los animales en peligro de extinción bajo la ´Ley de los EE.
UU. de 1973 para las Especies en peligro de extinción, como enmendada´,
así como en otras muchas normas de protección de diferentes países.
Está catalogado como vulnerable ya que el número de adultos es de menos
de 10000 ejemplares si hablamos de ambas subespecies juntas. Además se
espera que disminuya la población a un ritmo de un 10 % en las próximas 3
generaciones (20 años) como resultado de la pérdida de hábitat y
factores antropogénicos
POBLACIÓN
Las poblaciones de manatíes en el pasado disminuyeron principalmente por
el consumo de su carne por las personas, sin tener en cuenta que son
mamíferos que tienen una baja tasa reproductiva. Actualmente las
poblaciones existentes están siendo afectadas, además, por actividades
humanas relacionadas con el intenso desarrollo de las zonas costeras,
entre otras amenazas.
Actualmente aunque los manatíes se encuentran presentes en más de 20
países, la mayoría de ellos cuentan con poblaciones de menos de 100
individuos.
En Panamá, por ejemplo, se piensa que las poblaciones de manatíes han
disminuido en Panamá. Y es que aunque Panamá tiene la costa más extensa
del Caribe en la América Central, su hábitat apropiado es limitado. El
número total de los manatíes en el país puede que sea tan bajo como de
42 a 72 individuos (Mou Sue et al. 1990).
Se estima que en Puerto Rico la población es de unos 60 a 250 individuos.
Se considera que en Colombia la especie ha venido disminuyendo
rápidamente de su área original de distribución principalmente debido a
la caza (Trujillo et al. 2006).
CARACTERÍSTICAS
Del manatí de las Indias Occidentales no había mucha bibliografía ni
estudios hasta hace relativamente poco, aunque parece ser que se está
tomando conciencia del asunto y cada vez se encuentra más información al
respecto de esta especie. En este artículo hemos querido poner
información general con respecto a estos mamíferos marinos, que
esperamos que sea de utilidad. Sobre las subespecies hablaremos más
extensamente en otros artículos.
Antes que nada, mencionar que la primera observación registrada de
manatíes en América data de 1493 en una expedición de Cristóbal Colón,
aunque sin embargo, casi todo lo que se sabe de manatíes se ha aprendido
en los últimos 25 años, y en mayor medida en los últimos 10 años.
Estos mamíferos marinos son miembros del Orden Sirenia, un grupo
singular de mamíferos acuáticos que se alimentan de materia vegetal.
A modo de curiosidad, su nombre científico
Trichechus manatus, viene del griego
tri (tres) y
chechus (uñas) y de la lengua indígena Caribe
manati que significa con mamas.
Los manatíes son los únicos mamíferos marinos exclusivamente herbívoros.
Debido a que las plantas tienen un bajo contenido energético y a que
estos son tan grandes, los manatíes necesitan comer nada menos que la
décima parte de su peso cada día para obtener la energía necesaria. Es
decir, necesitará consumir unos 50 kg de plantas diariamente. Por
consiguiente su metabolismo es muy lento; esto también repercute en que
al poder enfermar en zonas con temperaturas bajas, donde les costaría
mantener la temperatura idónea, necesiten vivir en aguas tropicales o
subtropicales.
Consumen plantas y pastos sumergidos, flotantes o emergentes de agua
dulce, sin ser muy selectivos al respecto. Aun asi, si puede ser, parece
que prefieren consumir la hierba de manatí (
Syringodium filiforme) y la hierba de tortuga (
Thalassia testudinum).
Pueden llegar a medir hasta más de 3 m y pueden pesar una media de 500 ?
600 kg. Las hembras son más grandes que los machos. Sin embargo, se han
observado individuos que miden hasta cuatro metros con un peso de hasta
1.500 kilogramos.
Al igual que el resto de mamíferos marinos respiran aire fuera del agua,
por lo que suben a la superficie a tomar aire. Cuando están descansando
pueden subir a tomar aire cada 20 minutos, mientras que cuando están
activos necesitan tomar aire cada 3 o 5 minutos. Además, necesitan
renovar de manera muy eficaz el aire de sus pulmones para tomar el
máximo de aire nuevo; así pues pueden llegar a intercambiar el 90 % del
aire de sus pulmones cuando salen a respirar. Cuando se sumerge, los dos
orificios nasales, localizados un poco más arriba de la boca, se
cierran herméticamente.
Entre ellos se comunican mediante un coro de voces que suena como
rechinidos. Los sonidos que hacen pueden se escuchados por el hombre
En cuanto a sus características morfológicas, sus ojos son pequeños y
sus orejas carecen de pabellón externo. Los huesos son extremadamente
densos y los huesos largos y costillas carecen de cavidad para la
médula. Su piel esta finamente arrugada, con cinco centímetros de
espesor, cubierto generalmente por algas y pequeños moluscos. La cabeza
se ensancha y se une sin cuello ni hombros.
Además su cuerpo es fusiforme, de color gris a negro, con una cola
horizontalmente aplanada a modo de pala y sin miembros posteriores. Los
miembros anteriores están modificados en aletas en forma de remos y
presentan uñas a los extremos. Las aletas las usan para nadar, coger
alimento, o incluso abrazar a otros manatíes. El hocico es chato y los
carnosos labios flexibles están provistos de cerdas sensoriales
Con respecto a su boca, está adaptada para la vida herbívora. No tienen
dientes frontales, solo molares. Además, como ocurre en otras especies,
al desgastarse un molar frontal se mueve hacia delante, y una nueva
pieza brota atrás.
Tienen un labio superior grande y partido. Los lados derecho e izquierdo
pueden moverse de manera independiente para atrapar y mover a la comida
a su lugar. Detrás de los labios hay unos parches llenos de bordes que
resquebrajan los alimentos en piezas más pequeñas antes de que los
molares los muelan finalmente.
Con fuertes movimientos hacia arriba y hacia abajo, utilizan la cola
para impulsarse por el agua. Generalmente se mueven a unos 4,8 a 8 km/h,
por lo que ver nadar a los manatíes, es como ver un ballet en cámara
lenta, mientras se retuercen y dan volteretas silenciosamente en su
hogar acuático.
Tienen una esperanza de vida de unos 70 años.
Con respecto a sus hábitos, son generalmente solitarios, aunque pueden
ser vistos en pares o en pequeños grupos hasta de 13 individuos a la
vez. Estas agrupaciones sin embargo, la mayoría de las veces son
temporales. En algunas zonas son más duraderas
Cuando una hembra puede reproducirse se congregan varios machos a su
alrededor, formando una manada reproductora. Tras la reproducción se
volverán a separar. Las madres y las crías sí que mantienen contacto
durante un tiempo, comunicándose con sonidos. Las crías se alimentan de
la madre durante casi un año, aunque permanecerán juntos durante dos
años.
Las crías de manatí al nacer pesan 30 kg y ya miden 1,20 m.
Son lentos reproductivamente hablando ya que alcanzan la madurez sexual a
los 10 años, y su periodo de gestación dura un año, tras lo cual su
cría permanecerá junto a ella unos dos años. Las hembras se reproducen
cada 3 a 5 años.
Entre otras cosas, se sabe que ayudan a mantener libre de vegetación los
canales de irrigación y de transporte, por lo que es un añadido a la
importancia que pueda tener para el hombre esta especie.
HÁBITAT Y ÁREA DE DISTRIBUCIÓN
El manatí habita en aguas tropicales y subtropicales. Se distribuye por
la Costa atlántica y estuarios, desde el sureste de E.E.U.U. y la costa
este de América Central hasta Brasil; Indias Occidentales (Bahamas,
Cuba, República Dominicana, Haití, Jamaica, Puerto Rico, y anteriormente
Islas Vírgenes). Se le encuentra en aguas poco profundas
El manatí de las indias occidentales a su vez se diferencia en dos
subespecies. El Estrecho de la Florida por un lado y las temperaturas
frías del norte del Golfo de México por el otro, se cree que han
fomentado esta diferenciación ; se identifican con base en las
características osteológicas:
1. El
manatí de Florida (Trichechus manatus latirostris) que habita en Florida y en el norte del Golfo de México
2. el
manatí de las Antillas (Trichechus manatus manatus)
que se encuentra en las costas y los ríos desde México hasta el
noroeste de Suramérica incluyendo el Gran Caribe. Es la que se encuentra
también en Puerto Rico.
Como hábitat usan ríos, estuarios y áreas costeras movilizándose
libremente entre áreas de agua dulce, salobre y salada; sin embargo,
parecen requerir el acceso a agua dulce.
Necesitan además que estas zonas cuenten con abundante vegetación
acuática para alimentarse, proximidad a hondos canales para movilizarse y
refugios tranquilos para su protección.
En
Suriname, los manatíes habitan en pantanos semi sumergidos y las regiones de la sabana.
En
Venezuela y
Colombia
los hábitats disponibles aumentan significativamenta durante la época
lluviosa, permitiendo acceso a los tributarios y lagunas. Durante la
sequía, los manatíes pueden ser atrapados en cuerpos de aguas profundas.
En Venezuela los manatíes comparten hábitats con las
nutrias gigantes de río (Pteronura brasiliensis) y
nutrias de río (Lutra longicaudis), los
delfines de ríos (Inia geoffrensis) y el
caimán (Cayman crocodilus) entre otros.
En
México comparten hábitats con las
tortugas verdes (Chelonia mydas),
cocodrilos (Crocodilus acutus),
delfines (Tursiops truncatus) y
tiburones (Gicglymostoma cirratum). Las
rémoras (Eheneis neucrotoides), se encuentran comúnmente adheridas a los cuerpos de los manatíes.
En
Panamá están restringidos a dos áreas principales: La
Provincia de Bocas del Toro (específicamente las áreas de Changuinola y
Chiriquí Grande), y en el sistema del Canal de Panamá, (incluyendo el
Lago Gatún y los ríos asociados). Además en ocasiones se les ve en
Veraguas y Colón, en Río San San y más específicamente en La Laguna La
Olla. La alta proporción de crías observadas (15.7%), la gran mayoría en
el Río San San, indica que la reproducción está tomando lugar en el
área (Mou Sue et al. 1990).
A su vez en el área de Changuinola, los manatíes se encuentran en tres
sitios principalmente: (a) Río San San, especialmente en su tramo
inferior, lejos de las poblaciones humanas y del tráfico de
embarcaciones; (b) Las Lagunas de Changuinola; (c) La Ensenada de
Soropta, con praderas marinas y protección de arrecifes de corales
En el área del Lago Gatún y del Canal de Panamá, se encuentran pequeños
números de manatíes, a raíz, al menos en parte, de un proyecto de
reubicación en los primeros años de la década de los 60 (MacLaren 1967).
Los manatíes en
Puerto Rico habitan cerca de la costa y en áreas
estuarias. Los conteos más altos ocurren al este y al sur de las costas
de la isla. Estas áreas contienen extensas praderas de hierbas marinas,
aguas relativamente calmadas y fuentes de agua fresca provenientes
principalmente de ríos. Las praderas de
Thallassia testudinum han sido identificadas como la principal fuente de alimento de estos mamíferos en Puerto Rico.
AMENAZAS
Estos animales, con población muy reducida atualmente y con hábitats muy
específicos, en Panamá y en otros lugares donde habita se le relaciona
con los animales denominados ´comida de monte´, ya que han sido
utilizados por las personas para alimentarse a pesar de los problemas de
reproducción que tienen.
Actualmente hay otros problemas también como son el intenso desarrollo
en las zonas costeras o los vehículos acuáticos. El que los manatíes no
naden muy rápido debido a su peso y tamaño los hace vulnerables ante la
dificultad de esquivar con rapidez una embarcación a gran velocidad, por
lo que son atropellados, ya que las personas tampoco alcanzan a verlos a
tiempo en muchas ocasiones.
La destrucción de hábitats representa otro problema. Las plantas marinas
en los estuarios y otras zonas se ven afectadas por la contaminación
proveniente de las escorrentías desde tierras altas. Además, todo objeto
o edificación sobre el agua que cree sombra e interfiera con la
captación de luz solar necesaria para el proceso de fotosíntesis de las
plantas marinas también afectan estos ecosistemas.
Las redes de pesca también ocasionan la muerte del manatí, pues algunos
pescadores continúan atrapándolo para consumir o vender su carne
ilegalmente. En otras ocasiones las redes lo mantienen atrapado bajo el
agua y muere ahogado.
En Colombia el factor principal de amenaza es la cacería ilegal, ya que
la especie ha sido sometida a una intensa cacería desde hace varios
siglos y, a pesar de la protección legal, la mortalidad por esta presión
sigue siendo preocupante. En los ríos Sinú, Magdalena y San Jorge, los
manatíes representan una de las especies de fauna silvestre cuya caza
ocasional tiene frecuencia (Millán 1996). Son perseguidos por pescadores
especialistas.
Además se puede dar el caso, como ocurre en Bolívar y en las ciénagas
de Santander, de que los animales queden atrapados en ciénagas que se
secan con fines de riego. En regiones de la Orinoquia se presentan casos
de mortalidad en mallas, especialmente de crías y juveniles
(Castelblanco et al. 2001).
MEDIDAS DE CONSERVACIÓN
Estos animales no tienen muchos depredadores en su hábitat natural
debido a su gran tamaño. Aun así, son de los mamíferos marinos más
amenazados. Esto además significa que las personas constituyen la mayor
amenaza para estos animales. Los manatíes son animales lentos y no
agresivos, lo cual los hace presa fácil de los cazadores. Además son
tentadores ya que sus cuerpos proporcionan gran cantidad de carne, de
manera que un solo animal puede alimentar a una familia por largo
tiempo.
Debido a que están amenazados, es necesario aumentar su número en libertad y proteger sus hábitats.
Un problema añadido intrínseco de la especie es que se reproducen
lentamente como ya se ha mencionado en el apartado de CARACTERÍSTICAS.
Esto supone que el número de muertes naturales y ocasionadas por el
hombre es mayor que el número de nacimientos.
Los manatíes figuran en el Apéndice I del CITES y en consecuencia, el
comercio de cualquier producto derivado del manatí está prohibido.
Además el Anexo II del Protocolo de SPAW, incluye todas las especies
Sirenia como requiriendo protección total bajo el artículo 11, el cual
prohibe capturar, poseer, matar y comercializar las especies, partes o
productos de las mismas.
Además otros convenios internacionales pertinentes sirven para proteger
los manatíes y sus hábitats. Por ejemplo, la Convención Ramsar para la
conservación de los humedales, que entró en vigencia en 1975, promueve
la designación y gestión de los humedales nacionales como importantes
hábitats para las especies, en particular para las aves acuáticas. Once
Estados del Gran Caribe son Partes de la Convención Ramsar. El Convenio
recientemente adoptado, sobre la Diversidad Biológica tiene como sus
objetivos la conservación de la biodiversidad y el uso sustentable de
sus componentes. El Convenio entró en vigencia en 1993 y ha sido
suscrito por veinticinco Estados del Gran Caribe y diez de los Estados
donde existe el manatí han ratificado.
En Panamá, La ley Decreto no. 23 de 1967 para la vida silvestre,
extiende protección a los manatíes y prohibe su caza, y la de otras
especies; resolución no. -DIR-002-80 de 1980 del Ministerio de
Desarrollo Agropecuario (Dirección Nacional de Recursos Naturales
Renovables RENARE) que declara el manatí como especie en peligro de
extinción. Sin embargo esta legislación no es efectiva y necesita
revisión. La pesca con redes agalleras, está prohibida en los ríos.
Al sur de Puerto Rico, en Bahía de Jobos, hay una significativa
población de manatíes. Esta zona se encuentra en gran parte en la
Reserva Nacional de Investigación Estuarina de Bahía de Jobos. Aquí
además existe un Plan de Manejo de la Reserva de Bahía de Jobos que
limita la velocidad, el paso de motoras acuáticas conocidas como ´jet
skies´ y la utilización de redes de pesca.
En Colombia esta especie se encuentra protegida por la Resolución 574 de
1969 (INDERENA) que establece una veda completa de caza. Algunas
corporaciones autónomas regionales, entre las que se destacan la CVS
(Corporación Autónoma de los Valles del Sinú y San Jorge), la CRA
(Corporación Autónoma Regional de Centro de Antioquia), han realizado
esfuerzos en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente Vivienda y
Desarrollo Territorial y grupos regionales para manejar alrededor de 29
animales que se encuentran cautivos(Millán 1999). Estas y otras
corporaciones o entidades regionales como Cormagdalena, Cardique
(Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique), la CAS (Corporación
Autónoma Regional de Santander), la Fundación Amigos del Manatí y la
Fundación Omacha han realizado campañas educativas para estimular la
conservación de la especie. En la Ciénaga de Paredes (Magdalena), se ha
venido desarrollando en conjunto con las comunidades en proceso de
control de cacería y monitoreo de la población. Actualmente, el
Ministerio del Medio Ambiente y la Fundación Omacha están desarrollando
un Plan de Acción para la conservacion de los manatíes en Colombia, con
el apoyo de las corporaciones autónomas que tienen esta especie en su
área de jurisdicción (Trujillo et al. 2006).